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Una de las cualidades que convierte a Barcelona una ciudad única, y que atrae cada año a millones de personas, es su arquitectura. En un primer momento al pensar en Ciudad Condal, nos suelen venir a la cabeza las líneas del modernismo, con su diseño inconfundible, y la arquitectura contemporánea.

También cuenta con estilos arquitectónicos como el Románico, el Gótico o el Barroco, y alguna particularidad escondida que hace de nuestra ciudad un lugar aún mucho más fascinante de descubrir y conocer de lo que ya pueda parecer…

¿Creías que los dragones solo habitaban en los libros, el cine y las series de televisión?

Pues nada más lejos de la realidad, ya que paseando tranquilamente por Barcelona lo más probable es que te cruces con unos cuantos sin darte cuenta siquiera. Considerado en algunas culturas como símbolo de buena suerte y en otras como la mismísima encarnación del mal, los dragones han fascinado a los arquitectos catalanes desde hace siglos por su simbolismo y su conexión con disciplinas como la mitología, la historia y la religión. Tanto es así, que en toda la ciudad hay repartidas cientos de esculturas que lo representan de todas las formas imaginables. 

Su presencia nos lleva inevitablemente a la leyenda de Sant Jordi, que salvó a una princesa de las garras de uno de estos seres, gesta por la que fue nombrado Patrón de Catalunya y en honor al cual se celebra la festividad de Sant Jordi cada 23 de abril, una de las más importantes del año, y en la que es típico que los libros y las rosas se intercambien como regalo. 

El Eixample es la zona de la ciudad con más concentración de estas esculturas, pero si hay un lugar emblemático de Barcelona en el que los dragones están muy presentes y son reconocibles en todo el mundo, es el famosísimo Park Güell, que es, por cierto, el lugar más fotografiado de España, y Barcelona la cuarta ciudad del mundo en las que más selfies se toman, solo superada por Londres, Nueva York y Amsterdam.

 

 

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Barcelona: Narrativa transmedia, diseño transversal y cultura intergeneracional